Familia

VELA & YOGA El combo ganador para cruzar los océanos

Mi familia y yo misma (Alessandra) teníamos un sueño desde hacía varios años:

12 de abril de 2023

Mi familia y yo misma (Alessandra) teníamos un sueño desde hacía varios años: vivir a bordo de un barco durante 2 años, cruzar los océanos, descubrir nuevas regiones y poblaciones por todo el planeta y llegar a los destinos sólo con la fuerza del viento.

Navegar no era un descubrimiento para nosotros, después de 20 años de experiencia en monocasco. Durante mucho tiempo tuvimos como fondo de pantalla en el ordenador familiar la foto de un Lagoon 42, en casa, en Brasil. Siempre quisimos vivir en el mar, pero tenía mis temores respeto a la vida sobre el agua: temía tener que abandonar el yoga que practico a diario. Sabía que sería un reto y cada vez que visitábamos un barco mi primera pregunta era: ¿habrá sitio suficiente para practicar el yoga? Buscábamos un barco combinando rendimiento y habitabilidad, es así como hemos acabado por comprar un catamarán para nuestra aventura en familia. ¡Compramos el barco de nuestro fondo de pantalla, un Lagoon 42!

Tomamos posesión de nuestro catamarán llamado Biguà  en febrero de 2018. ¡A bordo, en la bañera de popa, dispongo de suficiente espacio - incluso más de lo necesario - para extender mi esterilla de yoga! Comenzamos nuestra navegación en las frías aguas del globo, era muy duro e incluso con las ventanas laterales de la cabina cerradas, ¡era imposible quedarse fuera haciendo yoga sin congelarse! ¡Me tuve que resignar en practicar en el interior del catamarán! Encontré un espacio en mi camarote donde mi esterilla cabía perfectamente en el suelo. En este tiempo todavía no teníamos una instalación de calefacción, con solamente dos pequeños grados de temperatura exterior disponíamos únicamente de un pequeño calefactor eléctrico para calentar todo el barco. Poco a poco subió la temperatura, ¡y la bañera pasó a ser mi terreno de juego favorito!

¡Practicar el yoga en un barco no es nada sencillo! A veces aparecían nuevos dolores durante ciertas posturas debido a los movimientos del barco. Según las condiciones de mar me vi forzada a veces de abandonar mis sesiones diarias para no lastimarme. Echaba de menos mis sesiones de yoga en tierra. A pesar de todo, sabía que estaba viviendo un sueño, una aventura fuera de lo común y que no podía añorar mi vida en tierra.

Tuve que reconsiderar mis sesiones: aprendí que no podía realizar todas las posturas, tuve que adaptar mi práctica del yoga, cuidar de no lastimarme y convivir con los movimientos del catamarán, etc... ¡Varios meses más tarde, podemos decir que desarrollé mi propio método de “Yoga Ashtanga en el mar"!

Si esta vida a bordo implica numerosos reajustes de mi práctica estoy feliz de mi vida en el mar, inestable y en movimiento. Nuestros viajes por Europa, el Mediterráneo, las islas Canarias así como nuestra travesía del Atlántico me enseñaron a adaptar mi`práctica, en función de los océanos cruzados y de las condiciones encontradas. Incluso aprendí a practicar el yoga en otras partes del catamarán, ¡por ejemplo en los faldones de popa!

Mi verdadero placer es practicar el yoga cuando estamos fondeados, por la mañana temprano, con el mar en calma, justo antes del amanecer. Siento los primeros rayos del sol sobre mi piel, durante estos momentos ¡estoy agradecida de poder vivir esta increíble experiencia!